martes, 10 de mayo de 2011

Impacto de la actividad humana el medio ambiente

Qué impacto tienen las actividades humanas en el planeta?
Por primera vez, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUE) acaba de publicar un atlas sobre los cambios en la superficie del planeta desde hace treinta años. Veredicto severo.
Una transformación más rápida que nunca
El hombre ha transformado constantemente su entorno. Pero el crecimiento económico y demográfico de estos últimos treinta años ha trastocado la superficie del planeta como nunca anteriormente. Al comparar las fotos de satélite de más de un centenar de lugares de la Tierra tomadas durante varios decenios, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUE) demuestra cómo la presencia humana modifica el paisaje, a menudo de forma nefasta e irreversible.
Costas transfiguradas
Las regiones costeras representan el 20% de los suelos habitables del planeta, pero agrupan a la mitad de la población mundial y aportan una gran parte de los recursos económicos y de los intercambios comerciales. Consecuencias: las costas están superpobladas, sobreexplotadas y su delicado equilibrio está amenazado.
Una deforestación incontrolada
Hace 8,000 años, las selvas ocupaban cerca del 50% de la superficie de las tierras emergidas. Actualmente, sólo cubren el 28%. De 1990 a 2000, la tasa de deforestación era de 94.000 km2 por año.
El 30% de las selvas tropicales se encontraban en Brasil. Pero este país es el campeón de la deforestación. Para desenclavar algunas regiones del país, el Estado brasileño finalizó en 1960 la construcción de la autopista Cuiabá-Pôrto Velho, que atraviesa la provincia de Rondônia, al sur del país. Esta carretera dio acceso a selvas vírgenes, transformadas esencialmente, en unos decenios, en pastos para el ganado bovino y cultivos de soja.
La creciente urbanización de las ciudades
Entre 1975 y 2000, la población urbana pasó de 1,500 millones a 2,800 millones de personas. Cerca de la mitad de la población mundial vive actualmente en una ciudad. Entre ellas, 924 millones (el 31,6%) vive en chabolas. En los próximos treinta años, esta cifra podría pasar a más de 2.000 millones.
Cuando el agua escasea…
En el espacio de cien años, la población mundial se ha triplicado y las necesidades de agua por habitante se han multiplicado por seis. Consecuencia: las reservas están sobreexplotadas y son insuficientes. Aproximadamente se destruyen cada año 400,000 hectáreas de zonas húmedas debido a las actividades humanas, sobre todo la agricultura.
Huella Ecologica
La huella ecológica es un indicador agregado definido como «el área de territorio ecológicamente productivo (cultivos, pastos, bosques o ecosistemas acuáticos) necesaria para producir los recursos utilizados y para asimilar los residuos producidos por una población dada con un modo de vida específico de forma indefinida».[1] Su objetivo fundamental consiste en evaluar el impacto sobre el planeta de un determinado modo o forma de vida y, comparado con la biocapacidad del planeta. Consecuentemente es un indicador clave para la sostenibilidad.
La ventaja de la huella ecológica para entender la apropiación humana está en aprovechar la habilidad para hacer comparaciones. Es posible comparar desde las emisiones de transportar un bien en particular con la energía requerida para el producto sobre la misma escala (hectáreas).
Cálculo de huella ecologica
Huella ecológica de diferentes naciones comparada con su IDH
El cálculo de la huella ecológica es complejo, y en algunos casos imposible, lo que constituye su principal limitación como indicador; en cualquier caso, existen diversos métodos de estimación a partir del análisis de los recursos que una persona consume y de los residuos que produce. Básicamente sus resultados están basados en la observación de los siguientes aspectos:
  • La cantidad de hectáreas utilizadas para urbanizar, generar infraestructuras y centros de trabajo.
  • Hectáreas necesarias para proporcionar el alimento vegetal necesario.
  • Superficie necesaria para pastos que alimenten al ganado.
  • Superficie marina necesaria para producir el pescado.
  • Hectáreas de bosque necesarias para asumir el CO2 que provoca nuestro consumo energético. En este sentido no sólo incidiría el grado de eficiencia energética alcanzado sino también las fuentes empleadas para su obtención: a mayor uso de energías renovables, menor huella ecológica.
Desde un punto de vista global, se ha estimado en 1,8 ha[2] la biocapacidad del planeta por cada habitante, o lo que es lo mismo, si tuviéramos que repartir el terreno productivo de la tierra en partes iguales, a cada uno de los más de seis mil millones de habitantes en el planeta, les corresponderían 1,8 hectáreas para satisfacer todas sus necesidades durante un año. Con los datos de 2005, el consumo medio por habitante y año es de 2,7 hectáreas, por lo que, a nivel global, estamos consumiendo más recursos y generando más residuos de los que el planeta puede generar y admitir.


No hay comentarios:

Publicar un comentario